Mg. Guillermina Chattás
Los profesionales de la salud que cuidan y asisten a recién nacidos (RN) sanos y enfermos, desde hace ya unas décadas, comprendieron que preservar la piel es fundamental para la conservación, mantenimiento y recuperación de su salud.
El cuidado inadecuado de la piel es una causa de morbilidad en los RN. La prevención es fundamental para el cuidado de estos neonatos vulnerables. Reducir al mínimo las lesiones debe ser considerado un componente clave en el cuidado diario brindado.
Esta guía aborda la importancia de utilizar un instrumento para la valoración de la piel, recomendaciones para el baño, el cuidado de las pérdidas transepidérmicas, el cuidado del cordón umbilical y la zona del pañal, el uso de antisépticos, emolientes y adhesivos, el tratamiento de lesiones y extravasaciones, y el cui-dado de heridas y ostomias.
La aplicación consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia científica disponible relativa al conocimiento enfermero es fundamental para tomar decisiones sobre el cuidado de los pacientes, teniendo en cuenta sus preferencias y valores, e incorporando la pericia profesional en esta toma de decisiones. Existe evidencia contundente de las prácticas relacionadas con el cuidado de la piel del RN, pero no necesaria-mente han modificado la percepción y las prácticas de los profesionales.
Si se considera el camino recorrido hasta el momento, la experiencia indica que no aplicar la evidencia en el cuidado de la piel tiene claras repercusiones negativas sobre los cuidados que se brindan a los RN.
Los enfermeros tenemos un desafío: someter a la evidencia las nuevas intervenciones de enfermería y pro-ductos para el cuidado de la piel del RN. Es nuestra responsabilidad como profesionales también, apoyar las nuevas investigaciones sobre prácticas del cuidado de la piel, que puedan generar mejores cuidados para los RN en nuestra región.