Lic. Claudia Carissimo *
La proximidad de lo ineludible empieza a hacerse tangible en nuestro cuerpo.
Kovadloff
RESUMEN
El nacimiento prematuro, o de un neonato que requiere cuidados especiales, es una crisis para la familia. La presencia de los abuelos en las unidades de cuidado intensivo neonatal (UCIN) proporciona un doble impacto positivo: por un lado, habilitan la (ma)paternidad de sus hijos, fortaleciendo la transmisión de un linaje familiar, y por otro, funcionan como soporte para todas aquellas actividades en las cuales los padres de un recién nacido internado requerirán colaboración. Incluirlos incrementa el enfoque holístico de los cuidados centrados en las familias.
Este artículo, dirigido a profesionales del equipo de salud, aborda aspectos prácticos en donde los abuelos pueden colaborar, y que pueden ser sugeridos a ellos para que encuentren su identidad en este momento.
Palabras clave : recién nacido; abuelos; unidad de cuidados intensivos neonatales, cuidado centrado en la familia.
ABSTRACT
Premature birth, or a newborn that requires special care, is a crisis for the family. The presence of grandparents in neonatal intensive care units (NICU) provides a double positive impact: on the one hand, they enable the (ma)paternity of their children, strengthening the transmission of a family lineage, and on the other, they function as support for all those activities in which the parents of a hospitalized newborn will require collaboration. Including them increases the holistic approach of family-centered care.
This article, aimed at health team professionals, addresses practical aspects in which grandparents can collaborate, and which can be suggested to them so that they can find their identity at this time.
Keywords: newborn; grandparents; NICU; family-centered care.
Cómo citar: Carissimo C. Abuelos en la unidad de cuidados intensivos neonatales: una presencia que fortalece. Rev Enferm Neonatal. Abril 2023;41:14-16.
DESARROLLO
El rol ocupado por los abuelos en la sociedad ha sufrido variantes a lo largo de la historia. A pesar de ello, el lugar de acompañamiento atento, soporte en las labores de la crianza y gestor privilegiado de la autoestima, aún se mantiene. Ejercer este rol privilegiado remite a una forma de sentirse socialmente integrado, incrementa el bienestar y el sentimiento de valía, y redunda en la disminución concreta de la sensación de soledad propia del posmodernismo. Este rol cobra especial trascendencia en los momentos en donde la templanza es convocada y requerida.
La llegada de un nieto suele ser un momento colmado de emociones. Se transmite un legado intrafamiliar, se completan los ciclos evolutivos y se recrean etapas de la vida. Pero cuando este recién nacido requiere una internación en la Unidad de Neonatología, estas sensaciones transmutan a tristeza y angustia.1
Los abuelos suelen expresar una doble preocupación, sin duda por sus nietos en quienes observan la fragilidad propia del inicio de la vida, y por el doloroso y estresante momento que viven sus hijos en el advenimiento de este modo de parentalidad signado por la preocupación. Es un momento claramente desadaptativo para este núcleo familiar.
Dentro del enfoque de cuidados humanizados centrados en la familia, muchas unidades permiten el Día de abuelos, momento en que conocen a sus nietos internados.
En el primer ingreso suelen generarse sensaciones ambivalentes: la intensidad de verlos atravesar una internación siendo recién nacidos y, por otro lado, la esperanza intacta. Esta posición requiere de una gran flexibilidad por parte de ellos. Para los padres del neonato suele ser un momento esperado con ansias, ya que presentarles a sus hijos es una validación necesaria y emocionalmente importante.2
La presencia cálida de los abuelos hace a la UCIN más amable para todos. Suele ser registrado como un momento cargado de afectividad por parte del equipo interviniente. Este ingreso semanal, es altamente esperado por los padres; se observa que los abuelos suelen brindar un apoyo cariñoso frente a momentos de desesperanza o de decisiones complejas. Ellos suelen
contar con la enorme fortaleza que les da el recorrido de la vida, pero si fuese necesario, es conveniente explicarles con anticipación algunos detalles que pudieran ser duros de afrontar.
En la mayoría de los casos atravesar por una internación neonatal, requerirá de un apoyo en red. Los abuelos podrán colaborar de diversas maneras, lo cual fortalece los lazos y amortigua los factores desequilibrantes. Ciertas intervenciones sencillas llevadas a cabo por los abuelos podrían aliviar el tránsito de los padres por la UCIN. Algunas de ellas son:
• Colaborar en la organización hogareña. Muchas veces los padres agradecen disponer de un alimento saludable para cenar, luego de un largo día en el hospital junto a sus hijos.
• Cuidar de los hermanos mayores, brindarles una continuidad en la escuela, acompañarlos en las actividades recreativas y, especialmente, generar una amortiguación de las emociones que los niños atraviesan por los cambios en la rutina familiar.
• Transmitir a la familia ampliada la situación del bebé y sus padres, liberándoles tiempo disponible para descansar. Esto siempre debe ser consensuado con los padres previamente.
• Asumir el rol de cuidadores con presencia activa si los padres, por distancia, enfermedad u otro motivo específico, no pudieran estar en la UCIN, realizando el contacto y cuidado: dialéctica necesaria para el avance de un bebé internado.
• Brindar esperanza, afecto, fortaleza y cariño a los padres. Este accionar de la afectividad suelen ser un bálsamo para quienes pasan por una situación tan desgastante.
• Sostener desde el acompañamiento. La inversión de tiempo a lo largo de los días, permite la vehiculización de sentimientos no expresados a otros integrantes de la familia.3
En ciertas ocasiones la internación deviene en el fin de la vida del neonato. En el caso del fallecimiento de un nieto, un suceso en extremo doloroso para todo el entorno familiar, los abuelos suelen ser unos dolientes olvidados. Se les intenta proteger, privándolos de la información adecuada, siendo que ellos cuentan con mucha experiencia otorgada por su propia biografía.
Es un momento de reescritura, en donde muchos buelos se sienten culpables por estar vivos y sus nietos fallecidos. Es también un momento de crisis y reactualización de pérdidas anteriores, pero contar con ellos sigue siendo un soporte único. Sus propios hijos se encuentran en carne viva por el duelo y es importante tener en cuenta algunas consideraciones, que el equipo de salud podría sugerir y aconsejar:
– Preguntar qué necesitan sus hijos sin presuponer, ni guiarse por experiencias de otros.
– No modificar el cuarto del bebé esperado, ni sus pertenencias sin autorización de los padres ya que esto puede ser vivido de forma ultrajante. Es importante discernir que, al regreso al hogar, no ver, no implica no sentir. La excepción es que los propios padres soliciten que algo sea removido por un motivo específico.
– Acompañar el dolor desde la calma, estando disponibles, pero sin invadir. Los duelos tienen ciclos y variaciones y son momentos particularísimos.
– Nombrar al nieto con su nombre cuando todos teman hacerlo, sin temor a generar dolor. Esto reconforta sintiendo y honrando esa vida, aunque haya sido una vida corta. Prontamente la gente dejará de hablar del bebé y esto suele ser muy doloroso para sus padres.
– Sin abrumarlos, expresar las emociones del suceso con los hijos. Organizar una despedida simbólica si los padres lo desean.
– Recordar íntimamente fechas significativas de este nieto.
– A posteriori y en un proyecto conjunto con los padres designar un destino amoroso de las pertenencias del neonato fallecido, acompañando la entrega a un hogar de niños, a una iglesia o al hospital, reciclando la emoción hacia algo positivo.4-6
Por otro lado, los abuelos cumplen un rol fundamental al egreso sanatorial del recién nacido en su transición al hogar.
Si van a acompañar los cuidados del bebé activamente, podría resultar útil incluirlos en los días previos al alta en algunas rutinas alimentarias o de administración de alguna medicación para ejercitarlos en esas actividades. Recordemos que uno de cuatro niños son cuidados por sus abuelos, mientras sus padres trabajan.
En el caso de familias monoparentales suele ser imprescindible su participación en ciertas rutinas específicas.
También es recomendable que realicen el curso de reanimación cardiopulmonar (RCP) junto con los padres, si van a permanecer cierto lapso solos al cuidado del nieto. Esto les brindará un ABC básico de acción, necesario y preventivo.
Finalmente, aquellos niños que interactúan con sus abuelos suelen tener más gestiones lúdicas, tienen más acercamiento a lecturas infantiles y poseen un vínculo relacional más flexible dada la particularidad de la relación. Suele ser un tiempo de calidad, que beneficia a los nietos porque genera autoestima, seguridad y reconocimiento.
CONCLUSIÓN
Los abuelos tienen la experiencia y el amor para soportar el embate de las pérdidas. Los miembros de la familia extendida deben ser reconocidos en la vida de la nueva familia desde la admisión en la UCIN. Nunca dejarlos por fuera, para evitarles el dolor.