INTRODUCCIÓN
Con el paso del tiempo el concepto de liderazgo ha sido denominado de diferentes modalidades. Desde hace muchos años se han dado a conocer diversos tipos de estilos tales como liderazgos autoritarios, piramidales tradicionales, burocráticos, autocráticos, sistémicos complejos, estratégicos, transaccionales, transformacionales, colectivos, individuales, institucionales, laissez faire, democráticos, participativos, educativos, naturales y carismáticos. También están descriptos los diferentes enfoques de rasgos tales como los de comportamiento, de poder-influencia o situacionales,1 y hasta existen otras clasificaciones de liderazgo como el ético, no ético, espiritual, servicial desconfiado, controlador, estrella y empático, entre otros.
La pregunta es … ¿Existe un tipo de liderazgo más adecuado que otro? ¿Se pueden encontrar estilos o tipos de liderazgos que arrojen mejores resultados en la práctica profesional de salud?… Estas quizás sean preguntas sin respuesta aun, pero este artículo intentará aportar claridad respecto a este tema.
En el mundo ocurren infinidades de crisis con consecuencias de magnitudes impensadas, en donde se pone a prueba la toma de decisiones de cualquier ámbito. La humanidad para evolucionar constantemente debe capitalizar dichas consecuencias y transformarlas en cambios positivos para lograr su subsistencia.
Las sociedades e instituciones necesitan adaptarse a estos cambios o crisis tecnológicas, científicas, económicas, sociales, políticas, culturales, en relación a la salud, a la ecología, a la violencia, a la identidad de género, entre otros, para lograr una verdadera transformación. Sin embargo, acompañar institucionalmente los cambios no es sencillo dada la creciente y continua velocidad con la que suceden. Las instituciones de salud no están exentas a este contexto. El desafío es utilizar dichos cambios para encontrar y potenciar estrategias que permitan mejorar y enaltecer la calidad y calidez de los cuidados que se brindan a los pacientes y sus familias, creando ambientes laborales saludables, alegres, empáticos y centrados en las personas.
Un modelo de atención centrado en la persona (ACP) considera que el buen trato en salud es un trato amable, empático, delicado, cordial, cortés, generoso, respetuoso de su cultura, valores, preferencias y basado en el cumplimiento de la atención competente y eficiente en función de la mejor evidencia científica disponible. Esto no es una opción que los trabajadores de la salud pueden o no tomar, no está sujeto ni a la buena intención, ni a la voluntad y ni a la predisposición de los trabajadores de salud, sino que, es una obligación de los trabajadores realizar un buen trato en salud con todas sus características. Es un derecho que se sostiene sobre el imperativo ético que todas las personas deben ser tratadas con el mismo respeto hacia su dignidad más allá de cualquier diferencia entre ellas. La dignidad de las personas es un derecho humano inalienable vinculado estrechamente con el derecho a la salud que otorga sentido a las políticas públicas. Para establecer una ACP es necesario que el foco de interés sea la persona y sus necesidades, pero también es necesario el establecimiento de una relación entre las instituciones, el equipo de salud, las personas, sus familias y la comunidad, es decir, tomar a la persona como un todo en su contexto, enfatizando en los derechos y deberes de los involucrados y basado en la corresponsabilidad del cuidado de la salud.2
Distintos estudios han demostrado que la ACP tiene efectos positivos y significativos en indicadores de salud como, por ejemplo, en los índices de satisfacción de los usuarios y trabajadores, y en los resultados clínicos de salud a mediano y largo plazo. Tiene impacto en una mejor organización y coordinación de los servicios que proveen los prestadores de salud.3,4
Las instituciones y la comunidad necesitan imperiosamente de un cambio real y paradigmático en la educación y atención de la salud. Para que las organizaciones se inclinen a ser centradas en las personas se deben tomar decisiones para que se apliquen todos los procesos necesarios de implementación de la ACP. Una potente herramienta es promover liderazgos genuinos que guíen a todos los miembros de dichas instituciones hacia ese cambio y en este contexto empoderar a enfermeras y enfermeros, lo que es crucial para lograrlo.
Los profesionales de enfermería deben tomar un rol proactivo en liderazgos genuinos para potenciar la gestión de la ACP y para continuar garantizando sus derechos. De esta manera se logrará que las personas que se atienden junto a sus familias mejoren el cuidado de su salud en su contexto, dándoles el lugar principal que les corresponde, haciéndolos socios partícipes del cuidado dentro de la institución y de la sociedad que los contiene5
¿Por qué es tan importante que enfermería se involucre para potenciar su liderazgo genuino en las instituciones de salud? En la formación académica de la disciplina de enfermería se incluye a la persona como a un ser humano bio-psico-social y holístico que debe ser cuidado con el mayor profesionalismo y empatía posible. Además, la calidad de los cuidados de enfermería está influenciada por el liderazgo positivo y eficaz del enfermero/a, logrando así que el profesional motive y estimule al equipo de salud hacia la participación de acciones de cambios, innovación y transformación. Esta práctica incentiva el compromiso y el cambio, además establece un clima vincular de confianza entre miembros del equipo, líderes y personas a las que cuida, y contribuye a la calidad y calidez de la atención brindada, mediada por la satisfacción laboral.6
¿QUÉ ES EL LIDERAZGO?
Stogdill R. señala que existen casi tantas definiciones del liderazgo como personas que han tratado de definir el concepto. Su definición de liderazgo comprende el proceso de conducir y gestionar las actividades de un grupo e influir sobre las conductas y la toma de decisiones que estos desarrollan.7
Chiavenato I. añade otro concepto interesante: el liderazgo es una influencia entre las personas ejercida en determinado contexto, lugar y situación, pero que solo puede lograrse si existe un eficaz proceso de comunicación humana.8
Kotter J.P. asegura que las organizaciones carecen del liderazgo que necesitan.9 El déficit o ausencia de liderazgo produce un insuficiente o nulo estímulo intelectual para los trabajadores, no se fomentan las soluciones de los problemas mediante la creatividad y la innovación, y esto deriva en un nulo e ineficaz contacto humano en detrimento de las relaciones interpersonales. 10,11
Maxwell J.C. cuenta una experiencia personal de niño donde sus padres le enseñaron con ejemplos a administrar el tiempo, trabajar tenazmente y a enfrentar todo con una actitud positiva,12 y estas son algunas de las condiciones que los seguidores esperan de los líderes, ya que estas ayudan a superar situaciones problemáticas. Por su parte Ronald H. incorpora otro concepto interesante e innovador: el trabajo del líder es sacar a flote a las instituciones y personas del conflicto y usarlo como una fuente de creatividad.13
Bennis W. aporta que un líder tiene la capacidad de transformar una visión en realidad; sostiene que los líderes inigualables aprenden de las situaciones negativas a los que denomina crisoles, experiencias intensas que le dan significado e identidad y los guían hacia los objetivos haciéndolos personas más fuertes y resilientes.14,15
Todos estos autores citados y muchos otros nos dan una aproximación de lo que significa el liderazgo, pero cuando este concepto se incorporó al ámbito de la salud, permitió realizar mejoras institucionales en la prestación del servicio y favoreció la organización en beneficio de la población usuaria.16
En una revisión sobre liderazgo y gestión estratégica en sistemas de salud de atención primaria de la salud (APS) llegaron a la conclusión que América Latina debe encaminarse hacia sistemas de salud basados en APS participativos, con líderes con inteligencia emocional, que descubran las situaciones, conflictos o eventos transformadores y que encuentren la calidad de la atención que se necesita. Deben además utilizar métodos y estrategias para liderar al sistema en su transformación hacia organizaciones diferentes, más humanas, con más sentido común para alcanzar la verdadera salud universal, y esto se logra si se combinan varios tipos o estilos positivos de liderazgo.17
Sin duda existen un sinfín de definiciones y conceptualizaciones sobre liderazgo, pero diversos autores e investigaciones científicas coinciden en que es la capacidad y habilidad para cautivar e influenciar positivamente a otras personas; puede o no tener una autoridad delegada o posición formal o de mando dentro de la institución, pero siempre marca el rumbo adecuado a seguir con propósitos en común para lograr objetivos valiosos que beneficien a la totalidad de las personas creando y recreando soluciones efectivas, duraderas y sostenibles en el tiempo. Los líderes comparten con otros líderes y con sus seguidores, responsabilidades, errores y logros en forma recíproca y colaborativa; otro componente importante en el que coinciden muchos expertos es que los verdaderos líderes poseen valiosos y adecuados valores morales, predican con el ejemplo y la autoridad moral.18-20
¿A QUÉ SE LE DENOMINA LIDERAZGO GENUINO?
Según la definición de la Real Academia Española (RAE), el término genuino es sinónimo de auténtico, legítimo21 y en otros diccionarios virtuales de sinónimos agregan que genuino es sinónimo de puro o verdadero.22
El término liderazgo genuino es un sinónimo de liderazgo auténtico. De hecho, el origen etimológico de la palabra auténtico proviene del latín “authenticus” y del griego “authentikos” los cuales se remiten a la idea de origen indiscutido, verdadero, genuino, fiable, digno de confianza, entre otros.23
El concepto de “autenticidad” (autoconocerse, aceptarse, ser sincero y fiel a uno mismo) se remonta en la historia a los antiguos griegos. El concepto fue aplicado décadas más tarde, al campo del liderazgo y cada vez es más investigado y aplicado en diferentes contextos. El apogeo de este concepto se debe fundamentalmente a dos razones; por un lado, la crisis económica/social y el comportamiento decepcionante, engañoso y fraudulento de algunos líderes políticos y del sector financiero que no hicieron frente a la resolución de problemáticas muy importantes para las sociedades, y esto generó desconfianza y hartazgo de dichas sociedades, quienes reclaman todavía la existencia de otro tipo de liderazgo con aspectos éticos y morales positivos innegociables. Y por el otro lado la psicología social empieza a estudiar y analizar el fenómeno de los liderazgos positivos encontrando en algunas investigaciones que estos mejoran las organizaciones, la satisfacción y el compromiso de las personas.24
Varios autores, entre ellos Luthans, Avolio, Gardner, May, Walumbwa y Douglas, realizaron aportes significativos y sentaron los fundamentos teóricos del modelo de liderazgo auténtico o genuino e implementaron un cuestionario validado llamado Authentic Leadership Questionnaire (ALQ) que mide varios componentes diferentes, aunque relacionados entre sí, del concepto más amplio de liderazgo auténtico o genuino.25-29
La elección del término liderazgo genuino de este artículo nace de este modelo de liderazgo auténtico (LA) que tiene sus orígenes en la psicología social positiva. En este caso debe tomarse al LA como base o punto de partida. Se tratará de proyectar el término genuino hacia un nuevo liderazgo que debe nutrirse de rasgos positivos de diversos tipos o estilos de liderazgos que existen en la actualidad.
¿CUÁLES SON LOS REQUISITOS DE UN LIDERAZGO GENUINO?
La naturaleza del término genuino radica también en primero conocerse, aceptarse y permanecer fiel a uno mismo y a sus valores, identidades, preferencias y emociones positivas que inspiran a los demás.30
Sin embargo, este interés en boga por el fenómeno del liderazgo contrasta con la lamentable situación de la falta de un liderazgo positivo y efectivo. Según Heidegger M. para un liderazgo efectivo se necesita de una actitud vital que es una política organizacional positiva.31
Para lograr que una sociedad progrese en todos los aspectos de la vida, la clave es la educación, ya que la adquisición de conocimientos, capacidades, habilidades y aptitudes se convierten en herramientas para enfrentar cualquier tipo de problema o desafío,16 los fortalece como personas y potencia la autonomía e independencia en cada toma de decisión. En los procesos de salud/enfermedad, la educación toma aun mayor relevancia para lograr individual y colectivamente que la sociedad se empodere del cuidado de su salud.
Para lograr una sociedad más justa y más sana, se necesitan líderes auténticos o genuinos. Para ello el primer paso es educar a las personas para autoconocerse, autoregularse y por consiguiente autoliderarse. 32 Esto significa que cada persona debe realizar un aprendizaje individual a través de la introspección para lograr un autoconocimiento haciendo consciente y reflexionando sobre las propias prácticas profesionales, sobre las características individuales, los pensamientos, los comportamientos y acciones, los estados de ánimo, las formas de actuar, de comunicar, las fortalezas y debilidades, los aciertos y desaciertos Si se logra todo esto, se puede realizar una verdadera aceptación y autocrítica para mejorar y propiciar la automotivación y confianza. Esto permitirá avanzar hacia el perfeccionamiento y la mejora de las habilidades comunicacionales, la gestión en la resolución de conflictos en el ámbito profesional, el diseño y manejo de las emociones potenciando la inteligencia emocional, entre otras.33,34
Si bien muchas personas nacen con ciertas capacidades de liderazgo, la clave está en la educación, pues se puede aprender a liderar y mejorar estas condiciones hacia un liderazgo genuino y positivo para lograr el bien común. Así se podrán modificar conductas y comportamientos individuales para lograr un aprendizaje significativo, que contribuya a mejorar la felicidad y satisfacción laboral de las personas. Se traducirá en un aumento del nivel de motivación, de compromiso individual y colectivo con la organización, pero sobre todo con la comunidad. De esta manera se logra favorecer el desarrollo personal y profesional de todos, y se beneficia a quienes más lo necesitan, los pacientes y sus familias.35
IMPORTANCIA DEL LIDERAZGO EN ENFERMERÍA Y SUS APORTES
La disciplina de enfermería aporta mejoras y revitaliza la formación académica, genera propuestas de trabajo en equipo, impulsa hacia la resolución de problemáticas, potencia la calidad de la enseñanza, diseña estrategias que fortalezcan a la gestión, al avance de la investigación y a la unificación de criterios basada en la mejor evidencia científica disponible en el ámbito de la práctica profesional36en beneficio de todas las personas involucradas dentro y fuera de las instituciones. Por ejemplo, una estrategia de éxito del liderazgo sería fomentar la educación sobre el tema y establecer oportunidades internas para difundir los resultados. La transformación del liderazgo del personal de enfermería impulsa el cambio organizacional y proporciona la visión, los recursos y el uso del tiempo favoreciendo la gestión administrativa y financiera de las instituciones.
Otro aporte para fomentar un buen liderazgo para la gestión es crear cultura de trabajo positiva, lo cual se logra a través de programas innovadores de liderazgo y proyectos de investigación, para mejorar la calidad de los servicios y la satisfacción de los beneficiarios de la atención.16
El liderazgo en enfermería promueve la creación de equipos de colaboración y cooperación, el desarrollo de nuevas prácticas y habilidades, la capacidad de observación minuciosa, la evaluación, la planificación, la organización y la ejecución de los cuidados y la revisión de los mismos para mejorarlos. Los profesionales aumentan su autoestima porque se sienten valorados, apoyados y acompañados, porque se impulsa la creatividad, innovación y el desarrollo de talentos en forma ilimitada y por sobre todas las cosas provee la oportunidad del desarrollo individual, colectivo y político en contextos no siempre favorables.37
Se requiere que enfermeras/os tengan un impacto en la atención a través de su comportamiento como líderes, se espera que la preparación para el liderazgo sea un objetivo declarado de la mayoría de los programas de educación de enfermería, ya que la formación del enfermero objetiva debe dotar al individuo con los conocimientos requeridos para el ejercicio de la profesión.38Por ejemplo Maziero, Bernardes, et al., concluyeron que invertir en servicios de salud, principalmente en los hospitales sobre la formación, capacitación y aplicación del liderazgo auténtico o genuino del personal de enfermería impacta positivamente en el desarrollo de habilidades asistenciales, da coherencia en sus acciones, mejora la gestión de los procesos, de la comunicación y del trabajo enfermero, produciendo un aumento del compromiso laboral, organizacional39 y satisfacción laboral. Además, incrementa la retención de nuevos enfermeros, favorece la construcción de un ambiente de confianza e integridad, propicia resultados positivos para los líderes, para los seguidores y para todas las personas involucradas40 y favorece positivamente al bienestar psicológico.41
Las investigaciones científicas sobre el bienestar laboral han aumentado en la actualidad, dado a que se ha arribado a conclusiones tangibles con múltiples beneficios para las personas y las organizaciones. Por ejemplo, Turner A. et al., investigaron que en el ámbito de las instituciones de salud la conducta de los supervisores es uno de los aspectos del entorno laboral que más impactan sobre la salud ocupacional. Otros autores que desarrollaron investigaciones desde la psicología organizacional positiva concluyeron que existe una mayor preocupación sobre el trabajo saludable, por lo que se deben establecer estrategias para la promoción del bienestar físico como psicológico. Si los supervisores/as de enfermería se capacitan y desarrollan aptitudes de lideres positivos comenzando por aplicar una comunicación asertiva, escucha activa, aceptar el desarrollo de nuevas ideas para mejorar algunas fallas de la práctica dentro de la institución, etc., desde ya se fomentará un ambiente amigable que permitirá incentivar las ganas del personal para iniciar nuevos proyectos dentro de la institución, que fomentarán la explosión de liderazgos y por consiguiente se beneficiará la totalidad de las personas involucradas.42
Otro aporte del liderazgo por partes de los equipos de enfermería es que se optimiza el manejo de todos los recursos y se crean equipos de trabajo que mejoran el resultado de los cuidados de calidad y calidez de los pacientes sumándole seguridad al proceso. Además, la enfermería premia al desarrollo de la empatía y del altruismo, disminuyen los errores, mejoran y protegen todos los aspectos de la seguridad de los pacientes, así se logran objetivos de la organización o institución, se promulga todo tipo de sanas competencias, se beneficia a la institución holísticamente y se mejora la salud pública favoreciendo la creación de una cultura organizacional saludable y sustentable en el tiempo.
Otro aporte importante son los estudios científicos sobre los programas de liderazgo en seguridad del paciente para enfermeras supervisoras y clínicas que tienen un impacto positivo, no solo beneficiando a la enfermera jefe, sino también al resto del equipo de enfermería. Además, aumenta la auto eficiencia, incrementa la confianza, la realización profesional y personal, reduce el agotamiento laboral y emocional porque aumenta significativamente el comportamiento profesional seguro en las prácticas profesionales, lo que se traduce en una mejora la calidad de los cuidados y los resultados de seguridad del paciente en cada unidad de enfermería. Además, inspira y motiva al resto del equipo de salud para lograr resultados positivos dentro de la institución, lo que se traducirá en mayor satisfacción usuaria, profesional y personal disminuyendo la deserción de profesionales y aumentando la confianza de los usuarios sobre dicha institución.43,44
El liderazgo genuino promulga la autoconciencia y conductas positivas de autorregulación por parte de los líderes y sus seguidores, lo que, a su vez, fomenta un autodesarrollo positivo. Un líder genuino es optimista, resiliente, ético, orientado hacia el futuro transparente, fiel a sí mismo, a sus valores y creencias, y firme en su comportamiento; esto lo hace digno de imitar y se convierte en un modelo transformador para sus seguidores. Estos son líderes que trascienden, van más allá de sus propios intereses porque priorizan a los demás y estos son guiados por los valores formados a lo largo de sus vidas.45 Basta decir que existe también una correlación entre la búsqueda del desarrollo profesional y personal con la satisfacción laboral y la confianza e interacción mutua y continua entre enfermeros/as, por lo que esto favorece la creación de liderazgos genuinos.46
Actualmente hay diversos programas que pueden colaborar en el desarrollo de liderazgo. Diversas entidades nacionales e internacionales en salud poseen capacitaciones en línea sobre el tema:
• Ministerio de Salud de Argentina: Programa de fortalecimiento del desarrollo profesional de la Enfermería- Seminarios de Capacitación de Liderazgo. Disponible en https://plataformavirtualdesalud. msal.gov.ar/course/info.php?id=721.
• Programa Internacional de Lideres en Salud Internacional Edmundo Granda Ugalde (PLSI). Disponible en https://www.campusvirtualsp.org/ es/curso/programa-de-lideres-en-salud-internacional- edmundo-granda-ugalde-recursos-educativos-abiertos
• Programa internacional de formación en liderazgo de la salud por el clima. Disponible en https://saludsindanio.org/programaliderazgo
• Programa internacional de liderazgo y gestión estratégica en sistemas de salud basados en atención primaria de salud. Disponible en https://www.paho.org/es/programalideres- salud-internacional-edmundo-granda-ugalde- plsi.
En todos los programas de liderazgo se incluye la importancia de proclamar el bienestar integral de todos los involucrados tanto del entorno laboral como del cuidado de los usuarios de salud a partir del trato humanizado. 47,48
La construcción de redes dentro de los equipos de salud puede ser otra estrategia. Se puede solicitar colaboración de redes de liderazgo en salud pública, que ya estén consolidadas, para que sirvan de ayuda a otros equipos de salud para mejorar las relaciones y alcanzar los objetivos propuestos dentro de las instituciones y fomenten la capacitación en liderazgo.
Un ejemplo es la red internacional de gestión en cuidados de enfermería (RIGCE) disponible en http:// riesweb.site/redes/rigce/; otras son las Redes Argentinas de Enfermería (RAdE), disponible en http:// riesweb.site/argentina/ que es una red de enfermería y liderazgo, cuya estructura entrelaza a diferentes equipos de enfermería para capacitar en liderazgos positivos donde se establece una estrategia de trabajo colaborativo, y se pregonan los principios de liderazgo, humanismo, solidaridad, compromiso, empatía, horizontalidad, sinergia y complementariedad. Esta red abarca un conjunto de mecanismos estratégicos, intercambio de información, experiencias y conocimiento, y contribuye con la cooperación técnica en diferentes áreas temáticas.
La disciplina de enfermería contribuye al liderazgo genuino porque fomenta la abogacía, la diversidad, la justicia, la equidad y el respeto colectivo, contribuye al enaltecimiento de todos los cargos y de toda práctica profesional, estimula el compañerismo creando ambientes amigables, de contribución y de satisfacción laboral, promueve la estabilidad y continuidad de los profesionales dentro de la institución evitando la deserción y logrando el más elevado rendimiento y compromiso de todos, incluyendo a los profesionales de enfermería más jóvenes para el logro de un futuro aún más próspero.11
Optimiza el manejo de todos los recursos, crea equipos de trabajo que mejoran el resultado de los cuidados de calidad y calidez de los pacientes, premia a la empatía y al altruismo, disminuye errores, mejora y protege todos los aspectos de la seguridad de los pacientes, se logran objetivos de la organización o institución, promulga todo tipo de sanas competencias, beneficia a la institución holísticamente y mejora la salud pública favoreciendo la creación de una cultura organizacional saludable y sustentable en el tiempo.49
CARACTERÍSTICAS DE UN LIDERAZGO GENUINO
Para enfrentar los desafíos que se presentan en el sector salud se debe contar con liderazgos genuinos y con competencias organizacionales para afrontarlos; para ello se requieren cambios en la forma del quehacer institucional, y para lograrlos es necesario mejorar el aprendizaje en todos los niveles, es decir, individual, grupal y organizacional. En este caso el rol de los líderes genuinos en los procesos de cambio, aprendizaje organizacional y de desarrollo de las personas es fundamental. Esto debe ser acompañado del coaching que es un medio para mejorar la confianza en uno mismo, la capacidad de razonar y reflexionar. También facilita los procesos de aprendizaje, buscando que los directivos y líderes aprendan a trabajar con sus equipos, generando nuevas medios o posibilidades de acción que permitan la obtención de los resultados esperados.
El coaching se remonta a Sócrates, quien sería un precursor en el uso de esta estrategia como método de diálogo y cuestionamiento; ha sido investigado desde dos ópticas diferentes y relevantes según Theeboom, Beersma y Van Vianen, la perspectiva psicológica y la organizacional.
La perspectiva psicológica afirma que las investigaciones dieron resultados que impactan positivamente en el manejo de la depresión, la ansiedad, la autorreflexión, el estrés y la calidad de vida, entre otros como afirma Grant (2003), Luthans y Peterson (2004), Green, Oades y Grant (2006), Spence, Cavanagh y Grant (2008).
Desde la perspectiva organizacional se han realizado investigaciones que dieron lugar a resultados que impactan en el desempeño, el compromiso en el trabajo, el liderazgo y la satisfacción en el trabajo, entre otros como lo afirman Kilburg (1996), Bozer y Sarros (2012), Cerni, Curtis y Colmar (2010).
La perspectiva psicológica involucra estudios que impactan en la depresión, la ansiedad, la autorreflexión, el estrés y la calidad de vida, entre otros (Grant, 2003; Luthans y Peterson, 2004; Green, Oades y Grant, 2006; Spence, Cavanagh y Grant, 2008). Desde este ultima perspectiva el coaching organizacional en las instituciones y organizaciones de salud, presenta complejas situaciones que se desprenden de la cultura interna, de la dificultad y complejidad de las tareas, de los conflictos externos e internos, de la escasa motivación que recibe el personal ya sea económica, laboral, de la desmotivación propia o personal de los empleados, de la estructura jerárquica, de los procesos y tiempos que demoran la soluciones en la salud.
Sumado a todo esto y particularmente tomando como ejemplo a un país como la Argentina, en donde el sistema de salud nacional se encuentra desarticulado y desorganizado, hace que afecte a todos los involucrados dentro y fuera del mismo sistema de salud. Pero no todo es negativo porque para hacer frente a estos problemas, el coaching organizacional se ha vuelto una herramienta propicia para la gestión del talento humano, para crear y determinar valores positivos e impulsar nuevos proyectos, propiciar un clima laboral amigable, estimular y mejorar los servicios, para lograr la satisfacción y fidelidad en los clientes y el compromiso de todos los involucrados dentro del sistema.50
El liderazgo genuino desarrolla al máximo nivel la comunicación efectiva, proporciona alto grado de interés por la escucha activa haciendo más virtuosas las relaciones interpersonales en todos los ámbitos y con todas las personas, alivia la presión, calma tensiones, fomenta las sanas relaciones mediante el desarrollo, la aplicación y el incentivo de las habilidades comunicacionales asertivas, positivas, oportunas y adecuadas logrando la resolución de conflictos, pero sobre todo previniendo y evitando que dichos conflictos se instalen. Además, genera cambios en los comportamientos y actitudes de las personas para promover el bienestar de todos los involucrados, estableciendo relaciones basadas en la confianza, la colaboración, el compromiso y la responsabilidad para poder trabajar en equipo de forma eficaz, oportuna y eficiente.51,52
Dicho esto, es importante destacar que el coaching organizacional y el psicológico son dos instrumentos que pueden aplicarse para impulsar el liderazgo positivo y genuino en los equipos de salud, los cuales promueven el pensamiento crítico y reflexivo, identifican fortalezas en las personas y ayudan con los aspectos a modificar, valoran el esfuerzo de todos por igual, alientan a la excelencia y al desarrollo de la creatividad e innovación. Favorecen el fortalecimiento de las capacidades adquiridas e impulsan hacia el logro de nuevas capacidades sin poner límites ni exigencias, lo que se traduce en la adhesión voluntaria de las personas para lograr avanzar sobre la formación de diferentes comités, programas de formación y de mentoría, organización de los lugares de trabajo, confección de manuales, guías, protocolos y garantías hacia los más altos estándares de calidad con visión de presente y futuro más prometedor.53
Un liderazgo genuino también debe propiciar un ambiente amigable y de intercambio mutuo dentro del equipo, de la institución y de la comunidad a la que pertenecen compartiendo sus conocimientos y recibiendo de los demás, tomando en cuenta las sugerencias y críticas respetando las diversidades, las diferentes perspectivas y propiciando que la toma de decisiones sea en forma compartida y participativa.
Por otro lado, es un guía, un motivador serial, pasional, creativo, estratégico, flexible, es comprometido emocionalmente y receptivo, no suprime las emociones las deja fluir junto a la razón, invoca estrategias para el manejo de las emociones evaluando, reformulando y reinterpretando situaciones problemáticas para darle la oportunidad a otros significados y cambiar la forma de reaccionar frente a conflictos, controlando así los impulsos y logrando comunicarse adecuadamente para minimizar dichos conflictos.
Para conseguir este liderazgo auténtico y lograr que sucedan cambios positivos y radicales se deben privilegiar la adquisición de atributos esenciales y valores positivos de sí mismo y de los demás, como la honestidad, un importante valor que pregona la sinceridad, ante todo, y la fidelidad hacia la verdad lo que provoca en las personas mayor confianza y credibilidad. También procede con humildad, actitud virtuosa de ser modesto y sencillo aun cuando es altamente reconocido por su inteligencia emocional e intelectual, entre otras.
Además, promueve la igualdad sin preferencias ni distinciones, demuestra y siembra humanidad y cordialidad en todo momento y con todas las personas; debe ir más allá de la empatía, y practicar el altruismo procurando el bien de las personas de manera desinteresada, incluso a costa de sus propios intereses. Todo lo lleva adelante con independencia y responsabilidad ya que es consciente de sus obligaciones y actúa conforme a ellas, a la ética y a la moral.
Otro atributo importante es el uso del humor; si es adecuado, oportuno, sano y positivo sirve de herramienta para allanar situaciones complicadas y desagradables, aminora el estrés laboral, la oposición, la hostilidad, debilita las exacerbaciones, pero sobre todo predispone a la alegría y a otras emociones positivas que tienen la virtud de transmitirse y propagarse entre las personas.
Al mismo tiempo, incrementa la autoestima y mejora la vida emocional de las personas, aporta sensación de placer, tiene poder terapéutico curativo (con efectos fisiológicos y psicológicos comprobados científicamente), revitaliza y mejora las relaciones interpersonales, propicia un ambiente agradable y de bienestar dentro del equipo de trabajo, dentro de la institución, con el paciente y la familia que cuidamos.54
El liderazgo así concebido requiere de alto compromiso organizacional, individual, y grupal, teniendo la responsabilidad de garantizar el cumplimiento y mantenimiento de las promesas asumidas, involucrándose al máximo y lo que es más importante distribuyendo el liderazgo, haciéndolo colectivo esforzándose para mejorar el rendimiento en equipo, la excelencia de prestación de servicios de salud y el bienestar de todos.55
El liderazgo así descripto es importante en todos los espacios laborales y de la vida, y más aún en el sistema de salud. En este contexto, el liderazgo por parte de la disciplina de enfermería, es clave en todos los ámbitos y entornos, para producir cambios que perduren en el tiempo, que mejoren y potencien la eficacia y eficiencia, porque los cimientos firmes de un liderazgo genuino conducen a nuevos liderazgos superadores que trascenderán logrando efectos extraordinarios (Tabla 1).